jueves, 29 de diciembre de 2011

Petroglifos "Los Boliches" - Abra de Porcuya

MAPA
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Los petroglifos de los Boliches en Olmos - Perú es un destino al cual el cicloturista que visita esta zona del norte del Perú no puede dejar de ir. Es un conjunto de cerca de 200 petroglifos localizados en la zona conocida como quebrada Los Boliches, zona que también cuenta con restos fósiles. Estos dibujos milenarios se han tasado como cupisniques chavinoides. Al centro como mesa principal de ritual se encuentra un macizo de granito con una serpiente emplumada de características monolíticas chavonoides.

Petroglifos a los cuales hay que darle más importancia en nuestros catálogos de riquezas históricas regionales
Para llegar hay que ir desde la ciudad de Chiclayo a Lambayeque, en donde si gusta el cicloturista puede visitar los museos Tumbas Reales del Señor de Sipán y Brünning; al salir, por la Panamericana Norte, vamos a observar los restos Sicán de Mocce, de ahí se llega a Mochumí, luego a Túcume, con un conjunto monumental conocido como Las Pirámides de Túcume, lugar incluido en la Ruta Moche, imperdible para el visitante. Luego Vamos a Íllimo, desde donde se puede entrar al Bosque de Pomac, lugar en el cual se encuentra los restos del Señor de Sicán, dentro de una Reserva Histórico Natural. Pasamos después por Pacora, Jayanca, el conocido y legendario Cerro La Vieja, desde donde ya está cerca la ciudad de Motupe, pueblo devoto de la Santísima Cruz de Motupe, a la cual peregrinan anualmente en las fiestas de la cruz, miles de personas devotas,  para lograr el "favor" de esta.

Una raspadilla refresca hasta a un Supay (Parque Principal de Mochumí)
Camino a Motupe, bosque seco, muy seco (Jayanca)

Mirando el cerro Chalpón, lugar en donde está la cueva de la Santísima Cruz de Motupe
 El cicloturista puede sentir aquí un golpe de calor ya que esta zona pertenece ala franja ecuatoirial llegando a medio día de un día normal a 30ºC y 45 ºC de sensación térmica en la carrfetera.
Tomamos la ruta que continúa hasta el cruce de Olmos, sin antes empezar a probar las piernas con un puerto de 3ª categoría conocido como el Portachuelo. Un ligero descenso nos deja cara a cara con los andes en el cruce de Olmos.
Tomamos unos tragos de agua heladita y seguimos hasta el Puente Los Boliches, desde donde tomamos un camino encalaminado de 2Km hasta la zona intangible de los Petroglifos de Los Boliches (desde Chiclayo hay 105 Km). En este lugar podemos hacer nuestro campamento y disfrutar del atardecer, de una fogata, asar unos camotes, cecina, papas y todo lo que nuestra cultura culinaria provea.

Atardecer en la Quebrada Los Boliches


Floresta Blanca observa a los ciclistas

La quebrada de los boliches está dentro del Bosque seco ecuatorial
Armando el campamento

Campamento Los Boliches, acuérdense de recoger todos los desperdicios a la hora de retirarse

Con el petroglifo que representa al Hombre de la Quebrada, a la sombra de un sapote.
Serpiente alada recurrente en las culturas preincas. 


Serpientes con antenas, el petroglifo fue dañado por huaqueros

Formas curvilineas con puntos podrían representar una manera de contabilidad o mapa estelar


Felino o posiblemente un zorro quien era un animal abundante en al zona.

Shamán, exorcisando a las bestias.
Humanoide


Limpiando la quebarada para prevenir el fenómeno del niño a algún burócrata se le ocurrió la gran idea de dar vuelta, con una pala mnecánica, esta piedra que contiene petroglifos y ahora se encuentra así.
El fuego renueva y transforma
Desayuno en un restaurant cinco estrellas

Al siguiente día ascendemos al paso montañoso conocido como el Abra de Porcuya. El camino empieza con una pendiente media del 5% hasta el puente El Silencio, de ahí para arriba la ascención es violenta y dura, con rampas del 15, 16% hacen desfallecer al cicloturista, pero sólo son 9 km desde el 19 hasta el 28, desde donde la pendiente se hace más amigable con 10% de pendiente media hasta el pueblo de Limón de Porcuya, la temperatura en este último tramo baja radicalmente llegando a 9ºC, estamos en la Sierra Norte de los Andes. Limón de Porcuya aparece como fantasma de entre la neblina, desde este pueblo, en el Km 38, hasta el abra de Porcuya la pendiente es constante pero al saber que es la última parte el alma está ansiosa por dar el máximo esfuerzo. En el Km 46 se observa un cartel a 100 metros que dice Abra de Porcuya 2137 msnm. Ahora a tomarse unas fotos y descender lo más pronto posible antes que nos congelemos, hace realmente frío.

Trepando al puente el silencio altura de La Pilca

Poblado Tupac Amaru, primer ejemplo de lo que nos espera.
A poco de Llegar a El Silencio

Cruzando el puente El Silencio

Aca se nota la pendiente de llegada hasta el río.

Las primeras rampas a partir del puente son atormentadoras

Cuando ves el Km 22 y entras en razón que el abra está en el 46 viene el desánimo, pero no te dejes ya falta poco.

La obra debe continuar, mantra ocasional, olviden el tinte político, el verbo se hace carne.


Ciclista, una curva abajo.



Antiguo restaurante El 28, arrasado innumerables veces por los aluviones de verano.

Hito de la subida al Abra de Porcuya
Llegando al Km 30, después de una curva extenuante.

Km 30, ya falta poco 16 Km y estamos arriba.
Lugareños se unen a la caravana, alegría alegría, se respira alegría.
Cambio de ladera en el Km 31, comienza la rampa de llegada al pueblo Limón de Porcuya.

Vista de la cadena occidental de los Andes Norteños, el camino serpentea.

Flor silvestre, solar.
Cerca a Limón de Porcuya

Llegando a Limón, La rampa con más gradiente de toda la trepada está aquí, es del 22%.
El corazón se triplica y se infla.

Floresta diminuta y hermosa. Está en la zona quechua.

Ciclista en el paso montañoso, la neblina es impresionante.

Se subió hasta los 2137 msnm

Ahora sólo falta descender hasta el campamento

El descenso es técnico y adrenalínico, la bike llega a 70 km/h y parece que estamos flotando, hay que tener cuidado con derrumbes de piedras que caen de las laderas de la carretera, problema causado por la deforestación de las laderas.
Una vez abajo regresamos al Campamento en Los Boliches, guardamos las cosas y de regreso a Chiclayo.
Esta aventura se puede hacer en dos o tres días, según la resistencia y el tiempo del que se pueda hechar mano.
Sin duda es una de las rutas más exigentes del circuito ChakraBike, terminarla nos da una sensación de fortaleza inquebrantable que nunca más se borra de nuestro acervo personal.

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